¿Cómo podemos conseguir que el ruido no entre o salga de nuestro local para poder respetar así las normas de civismo manteniendo una buena convivencia? La respuesta es sencilla, garantizando un aislamiento acústico de calidad.

Para asegurar esa calidad, se debe tener en cuenta qué tipo de construcción es, dónde está orientada y ubicada la superficie a aislar y el clima de la zona. Una vez que tenemos todo eso controlado, podemos prestar atención al local.

Incluso respetando la medición de decibelios, podemos encontrarlos con vecinos/as a los que les pueda perjudicar el “ruido” que salga del interior del local. Para garantizar una buena convivencia, optar por el aislamiento acústico.

Los primeros pasos serán los trabajos de insonorización en paredes, techos, suelos, ventanas y puertas. También se actuará sobre superficies que conforman el área que queramos aislar.

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