Como hemos podido comprobar estas semanas, se va acercando el frío y debemos preparar nuestras casas para que el calor y el ahorro sean los protagonistas de nuestro hogar. Para mantener la temperatura, hacemos un excesivo uso de la calefacción, lo que acaba convirtiéndose en uno de los gastos más importantes del año.

Es imprescindible hacer un uso eficiente de la energía para controlar la factura. Para eso, debemos elegir la calefacción que mejor se adapte a las necesidades de cada familia. Lo principal para notar ese ahorro es tener en cuenta distintos factores: la zona de la vivienda, su aislamiento, número de personas que componen la familia y cuanto tiempo hacen uso y disfrute de la misma.

Como ya hemos podido leer en otras entradas, uno de los puntos claves para ahorrar energía es el aislamiento de la vivienda, ya que si es de calidad puede suponer hasta un 30% de energía y una reducción considerable en las emisiones de CO2 al medio ambiente.

En definitiva para notar el cambio en la factura energética de nuestro hogar deberemos:

• Reforzar el aislamiento térmico de las paredes, suelos o techos para reducir las filtraciones de aire.
• Comprobar que no existen fugas de energía en ventanas o puertas ya que son las principales causas de pérdida de calor en los hogares.
• Colocar alfombras para reducir la pérdida de calor en los suelos.
• Ventilar bien la casa para evitar la acumulación de gases y humedades (aproximadamente 10 minutos).
• No utilizar los radiadores para secar la ropa húmeda ni tenerlos tapados ya que incrementa el consumo y la pérdida de calor.

Si crees que no cumples todos estos requisitos y que deberías hacer una revisión del aislamiento de tu hogar, ponte en contacto con nosotros y encontraremos la solución que mejor se adapte al calor de tu casa.